martes, 18 de diciembre de 2007

L'ALTRA CARA D'ISABEL II

Avui ha nascut el segon fill dels Comtes de Wessex, Eduard d'Anglaterra i Sophie Rhys-Jones. Per això poso aquest article que ens decobreix una altra cara de la Sobirana.




¿Qué ha ocurrido para que la esposa del príncipe Eduardo se haya convertido en la nuera favorita de la reina de Inglaterra? Dicen que todo se debe a que Sophie Rhys-Jones, condesa de Wessex, sabe cómo tratar a la reina Isabel, siendo la nuera perfecta y compartiendo con ella todo lo que sucede en su vida, pidiéndole incluso consejos sobre lo que debe hacer con su hija y su marido, el príncipe Eduardo. La muy lista Sophie, quien cuando se casó con Eduardo hace 8 años, cometió tantos errores, que la familia real inglesa no quería ni oír su nombre, se ha convertido en la hija que la Reina nunca ha encontrado en la dura y amargada princesa Ana, y ella le tiene absoluta confianza.

Cuando Eduardo se casó con la rubia Sophie (que siempre ha sido comparada físicamente con la princesa Diana), Isabel II respiró aliviada y le agradeció muchísimo a la joven que se enamorase de su hijo, quien tenía fama de ‘debilucho’, ‘raro’, etc. Y como siempre se ha sabido que Eduardo es, sin duda, el favorito de la Reina, esta ha desarrollado una buena relación con su nuera. Pero no siempre todo fue color de rosa. Sophie, quien era condueña de una compañía de relaciones públicas cuando se casó, comenzó a usar sin la menor discreción su posición en la Familia Real para buscar nuevos clientes, y como era conocida por todos su ambición, esto la hizo cometer tantos errores, que la prensa comenzó a aniquilarla ante la opinión pública.

Pero todo esto quedó en el pasado cuando Sophie, hace 3 años, sufrió una cesárea de emergencia al nacer su hija Lady Louise, lo que casi les costó la vida a ella y a la niña, al presentársele una hemorragia mientras estaba sola en su casa. Y cuando Eduardo y Sophie le dieron a la Reina la gran noticia de que esperaban otro bebé, quedó encantada, porque dicen que desde que es padre, su hijo Eduardo es un hombre feliz, y Sophie y él son una pareja muy bien llevada. Como Sophie ha tenido dificultades para concebir, incluyendo un embarazo extrauterino que le hizo perder a su primer bebé, e hizo intentos de concebir in vitro, esto la ha unido mucho a su suegra, quien le da pena todo lo que ha sufrido para poder darle nietos. Y ha sido el buen cuidado que le ha dado a su hija Lady Louise, quien quedó muy débil al nacer, sufriendo de problemas en la vista —lo que hizo necesario que sufriera varias operaciones para remediar una condición llamada exotropia— lo que ha forzado a que en los últimos dos años, los condes de Wessex, prácticamente, hayan desaparecido de la vista del público. La Reina aprecia aún más que Sophie, que antes era una mujer independiente y ejecutiva, se haya convertido en una mujer dedicada a su familia y su hogar. Y es curioso que quien al casarse dijo que era ‘la salvadora de la imagen de la Familia Real’, al demostrar que ‘podía ser esposa, madre y ejecutiva, y a la vez cumplir compromisos reales’, sea a los 42 años una mujer hogareña, que acompaña a la Reina en sus juegos de cartas y en sus paseos a caballo en Windsor Park. La relación es tan relax entre ellos, que Isabel II muchas veces llega a la casa de campo Bagshot Park, de Eduardo y Sophie, sin ser anunciada, algo poco común en el estricto protocolo que sigue la familia. Y le encanta notar que Sophie la recibe con alegría y enseguida la lleva a ver a su nieta, para que su abuela disfrute de la niña. Según palabras de Isabel II a un miembro de su corte, Sophie ‘es una persona sólida, en la que confío plenamente’... ¡Qué lejos de los años cuando Sophie llamó públicamente a la Reina, the old dear (la querida viejita), y habló mal del príncipe Carlos y de su amante en ese entonces, Camilla Parker-Bowles. Pero todos comentan que la triste muerte de la madre de Sophie de cáncer, hace casi 2 años, la unió más a la Reina, quien ahora la ve ‘como una verdadera hija’. Por supuesto, el afecto de la Reina por Sophie ‘indigna a ciertos miembros de la familia’, según me contó un buen amigo de los Windsor, ‘especialmente a Sarah, duquesa de York, quien se ha pasado los últimos 10 años tratando de que la Reina le perdone las locuras que cometió en el pasado, y no lo ha logrado’. La propia Camilla no tiene una buena relación con Isabel II, quien ‘la tolera, pero no siente afecto por ella’, y el príncipe Andrés está molesto porque quisiera que su madre acepte de nuevo a su ex mujer, a lo que la Reina no le hace caso, porque su hijo sigue soltero, mariposeando de mujer en mujer, lo que ella atribuye a que el Príncipe ‘sigue enamorado de Fergie’. Otro motivo de celos es que Isabel II está contando que Eduardo será su apoyo cuando el duque de Edimburgo deje de cumplir sus labores de consorte real, y que él y Sophie estén a su lado hasta el último día de su reinado. Y esto molesta al príncipe Carlos, heredero del trono, con quien su madre mantiene una relación más formal.

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